Articolo di Pedro Nueno su La Vanguardia del 21 marzo 2010

El martes pasado soñaba despierto en Pekín escuchando a Romano Prodi ante una audiencia de más de cien altos directivos europeos expatriados en China. Ha decidido fichar como profesor en nuestra escuela en China y se ha estrenado en marzo con un éxito sin precedentes.

Prodi fue ministro de Industria en Italia en los difíciles últimos setentas, con menos de 40 años de edad. No debió de hacerlo mal porque poco después le encargaron por 7 años la presidencia del IRI, que era como el INI nuestro, un montón de empresas estatales y con problemas. Saneó y privatizó compañías como Crédito Italiano o Banca Commerciale Italiana. En 1999 el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo lo eligieron presidente de la Comisión Europea. En el 2006 fue elegido primer ministro del Gobierno de la República Italiana. Pero Prodi es un intelectual potente. Ha compaginado el gobierno con la universidad y su lista de publicaciones es interminable. Llegamos a un acuerdo en su despacho en la Universidad de Bolonia, entre clase y clase.

Su éxito en China está siendo espectacular con los jóvenes, los maduros y los séniors, chinos y occidentales. Es una combinación de sencillez, humildad, sentido del humor, potencia intelectual y una experiencia única. Días atrás un político nuestro decía que antes, quienes entraban en la política o en el gobierno hacían un sacrificio, dejando opciones mejores, mientras que hoy, la mayoría entra porque no tienen otra cosa. Lo decía él y quizás pensaba en otros países. Con Romano Prodi debió de ser lo primero. Cuando explica cómo introdujo el euro te das cuenta de la habilidad que tuvo. Dice que le preocupaba cómo reaccionarían franceses y alemanes perdiendo el franco y el marco. No debió de ser fácil. Yo pensaba: “Menos mal que los más preocupados con la identidad son de letras; si no, lo primero que hubiésemos hecho al montar la Generalitat es crear la pela; y si hubiésemos tenido la pela, ¿habríamos aceptado cargárnosla para adoptar el euro? Claro que si hoy tuviésemos la pela la podríamos devaluar y exportaríamos más”.

Prodi, completamente al día, introducía en su charla lo último del Congreso del Partido Comunista que acababa de celebrarse en Pekín, como la frase del primer ministro Wen Jiabao, en una rueda de prensa de dos horas antes 800 periodistas de todo el mundo, atendiendo sus preguntas: “La justicia y la equidad brillan más que el sol“, demostrando que la principal preocupación del Partido Comunista chino es la estabilidad social que sólo se consigue con justicia y equidad. Viendo a Prodi, que repitió varias veces que nació en 1939, de pie, moviéndose ágilmente, tomando preguntas con apertura, respondiendo con precisión y profundidad, con aquel sentido del humor, pensaba: “¿Por qué los europeos entusiastas vienen a China?, ¿qué tendrá este país que atrae, cultiva y retiene el entusiasmo?”.